ESCUELA DE TEATRO ONÍRICO
Hay sueños que nos hacen despertar… El teatro es uno de esos sueños.
En 2013 Orland Verdú crea en Barcelona la compañía ORACLES Teatre, después de su paso por el Teatro de los Sentidos, en homenaje a una de las obras de Enrique Vargas. Gana numerosos premios teatrales como dramaturgo y empieza a investigar el texto desde la antropología teatral y el uso de imágenes del Tarot. Después de su viaje a Japón junto a la compositora Keiko Fujiie, inicia el proyecto ORACLES Theatre/Studio como presidente de Grup Cultural EXEO en Barcelona, e invita a numerosos artistas internacionales de danza butoh (Natsu Nakajima, Mushimaru Fujieda, Gyohe Zaitsu, entre otros). En Septiembre de 2017 intenta abrir una formación teatral pionera en Barcelona: Escuela Internacional de Artes en Movimiento, que no prospera debido a los atentados terroristas de ese año y a la inestabilidad política de Cataluña.
Los primeros cuatro años de vida de ORACLES Theatre/Studio han servido para investigar e integrar los principios del Teatro Onírico a través de numerosas producciones (ÍCARO, NAGASAKI, HAMELIN, MORPHEUS, PINOCHIO, LA MUJER ESQUELETO, entre otros).
Fue aquí donde nació la Escuela de Teatro Onírico - Orland Verdú (2020), donde palpita el Tarot como motor de creación e inspiración escénica, la danza butoh como lenguaje expresivo, la búsqueda de atmósferas attraverso de la iluminación y los olores, la escenografía pobre.
Los primeros cuatro años de vida de ORACLES Theatre/Studio han servido para investigar e integrar los principios del Teatro Onírico a través de numerosas producciones (ÍCARO, NAGASAKI, HAMELIN, MORPHEUS, PINOCHIO, LA MUJER ESQUELETO, entre otros).
Fue aquí donde nació la Escuela de Teatro Onírico - Orland Verdú (2020), donde palpita el Tarot como motor de creación e inspiración escénica, la danza butoh como lenguaje expresivo, la búsqueda de atmósferas attraverso de la iluminación y los olores, la escenografía pobre.
Pedagogía
La pedagogía de ORACLES Theatre/Studio está dirigida a artistas de artes escénicas abiertos a aprender e intercambiar experiencias en la creación de obras de Teatro Onírico. Nuestro objetivo es ofrecer a los alumnos un espacio de investigación con herramientas específicas para desarrollar su proceso de creación y puesta en escena a partir de su identidad artística.
La formación continua ofrece cursos regulares e intensivos en danza Butoh (Puppet Body), escritura dramática, interpretación con método Stanislavski, bufón onírico, máscara en escena, arquetipos del Tarot, atmósferas e iluminación, antropología teatral, teatro sensorial, etc.
Nuestr@s alumn@s son impulsados a desarrollar tres ejes artísticos: el hueso, el músculo y la piel. Entendemos por hueso la verdad subyacente del artista y la verdad colectiva que pulsiona en él en la obra que ha elegido llevar a la escena. El músculo es la técnica y el repertorio de herramientas que cada creador desarrolla como método de investigación personal en la pieza. Por último, la piel es el estilo particular y el sello identitario de cada artista en su creación. Una pieza es completa cuando los tres ejes artísticos van unidos de forma orgánica.
La escuela requiere del alumno un espíritu de creación libre y fomenta que encuentre su propia voz creativa sin renunciar a una base sólida de entrenamiento a partir de la verdad inherente o el espíritu que inspira su creación.
Nuestro programa dota de herramientas pedagógicas al alumno y al mismo tiempo lo impulsa a vaciarse del deseo de expresión superficial. La expresión debe emerger por sí misma a partir de un cuerpo vacío y ser codificada por el creador en estado onírico. Las técnicas que se ofrecen desarrollan un entrenamiento físico, psíquico e imaginal para convertir el alumno en una caña de bambú. De este modo se invita a aprender el equilibrio paradójico del actor.
Los alumnos son entrenados para ser fuertes en su arte/oficio llevando su mensaje al público, y para vaciarse de sí mismos permitiendo que el espíritu o verdad de la obra se exprese en ellos sin interferir de forma consciente. A ese estado físico/mental, lo denominamos “sueño lúcido” como parte de la metodología del Teatro Onírico. El actor ha de transformarse a través de la obra/sueño y llevar el público al otro lado del espejo creando un estado mental diferente al ordinario. Es responsable de llevarnos consigo al mundo de lo inconsciente y traernos de vuelta.
La formación continua ofrece cursos regulares e intensivos en danza Butoh (Puppet Body), escritura dramática, interpretación con método Stanislavski, bufón onírico, máscara en escena, arquetipos del Tarot, atmósferas e iluminación, antropología teatral, teatro sensorial, etc.
Nuestr@s alumn@s son impulsados a desarrollar tres ejes artísticos: el hueso, el músculo y la piel. Entendemos por hueso la verdad subyacente del artista y la verdad colectiva que pulsiona en él en la obra que ha elegido llevar a la escena. El músculo es la técnica y el repertorio de herramientas que cada creador desarrolla como método de investigación personal en la pieza. Por último, la piel es el estilo particular y el sello identitario de cada artista en su creación. Una pieza es completa cuando los tres ejes artísticos van unidos de forma orgánica.
La escuela requiere del alumno un espíritu de creación libre y fomenta que encuentre su propia voz creativa sin renunciar a una base sólida de entrenamiento a partir de la verdad inherente o el espíritu que inspira su creación.
Nuestro programa dota de herramientas pedagógicas al alumno y al mismo tiempo lo impulsa a vaciarse del deseo de expresión superficial. La expresión debe emerger por sí misma a partir de un cuerpo vacío y ser codificada por el creador en estado onírico. Las técnicas que se ofrecen desarrollan un entrenamiento físico, psíquico e imaginal para convertir el alumno en una caña de bambú. De este modo se invita a aprender el equilibrio paradójico del actor.
Los alumnos son entrenados para ser fuertes en su arte/oficio llevando su mensaje al público, y para vaciarse de sí mismos permitiendo que el espíritu o verdad de la obra se exprese en ellos sin interferir de forma consciente. A ese estado físico/mental, lo denominamos “sueño lúcido” como parte de la metodología del Teatro Onírico. El actor ha de transformarse a través de la obra/sueño y llevar el público al otro lado del espejo creando un estado mental diferente al ordinario. Es responsable de llevarnos consigo al mundo de lo inconsciente y traernos de vuelta.